Referentes noventeros: La importancia del Tamagotchi en el diseño
El Tamagotchi fue uno de los juguetes estrella en los 90. Se trata de una mascota virtual, la cual tienes que cuidar, dar de comer, acostar, dar medicina si enferma, etc. Se creó en 1996 por la japonesa Aki Maita, famosa por ser una de las responsables de la serie Digimon. El nombre Tamagotchi está compuesto por las palabras huevo y tiempo, y se comercializó mediante la marca Bandai. Se puede decir que es un ejemplo muy simple y básico, pero eficaz, de diseño en muchos de sus ámbitos.
El diseño del Tamagotchi
La tecnología y el diseño avanzan a un ritmo desenfrenado. Es por eso que si comparamos máquinas o artilugios de los 90 con lo que tenemos hoy en día, nos resultan obsoletos.
No obstante, el Tamagotchi tiene características muy interesantes relacionadas con diseño de interacción y de interfaz, UX/UI.
Diseño de interacción
En cuanto a pequeños aparatos con pocas teclas y fáciles de manejar, existen muchos más ejemplos en la década de los 90, como la Game Boy, por ejemplo. Pero el Tamagotchi es algo más, ya que a fin de cuentas es tu mascota, y eso genera un vínculo más profundo que el mero usuario-maquina.
Con solo 3 teclas, cubre todas las necesidades de nuestra mascota, ya que en la pantalla tendremos un menú con todas las opciones que precisamos.
Diseño de interfaz
Su pantalla es muy simple, compuesta por pixeles muy evidentes a la vista, pero que conforman a nuestra pequeña mascota a la que tanto vamos a querer.
Para darle un toque de color, el Tamagotchi se caracteriza por su estructura de colores intensos y forma de huevo.
El Tamagotchi hoy en día
Dado que en su día la mascota virtual tuvo un éxito descomunal, en la actualidad observamos la creación de aplicaciones móviles basadas en el Tamagotchi, como Pou, por ejemplo. Al igual que todo producto, en ambos casos tuvieron su punto álgido en el crecimiento, y su punto de declive.
Desde TRILÀTERA ESTUDIO, recordamos a nuestros Tamagotchis con amor, ya que ha sido uno de nuestros referentes noventeros además de nuestras mascotas virtuales.
Leire Calvo